Carta a la ignorancia. CENS 455, año 2011.


Lomas de Zamora, 14 de diciembre de 2011.


Estimada Sra. Ignorancia:


Cumplo en informarle que aquí, en nuestro humilde CENS 455 del también humilde barrio de Villa Urbana, a pesar de los cortes de luz o de la falta de agua, con calor o frío,  aunque nos falte material educativo o estemos mal pagos, este año hemos logrado derrotarla una vez más.

Auxiliares, preceptores, autoridades y profesores, todos juntos pudimos enfrentar el desafío que usted, Sra. Ignorancia, nos planteó el 2011; le ganamos otra batalla en esta guerra interminable que recomienza cada febrero como si nada hubiera ocurrido antes. Porque nosotros sabemos de su constancia, de su perseverancia, de sus trucos traicioneros, de las mil maneras que tiene para seguir reinando, es por eso que no bajamos los brazos y seguimos adelante. Porque queremos iluminar rostros que Ud. mantiene oscuros, con sonrisas de orgullo, porque queremos abrir caminos allí donde Ud. sólo cultiva hierbas malas, porque queremos servir de apoyo para que muchos puedan levantarse. Por esto y mucho más, los que trabajamos en el CENS 455, seguimos adelante.

Pero los auténticos héroes de su derrota, Sra. Ignorancia, no somos nosotros, son otras personas. Son gente buena, de trabajo, de su casa, de familia, gente común, que enfrentan día a día a su hermana, la Sra. Pobreza, en una lucha desigual. Y que aún asi, decidieron redoblar la apuesta por un futuro mejor y un buen día se vinieron con nosotros. Le quitaron tiempo a sus familias, a sus amigos, a sus hogares; muchos hombres venían cansados de viajar y trabajar, muchas mujeres traían a sus hijos al aula, algunos han venido enfermos y otros que faltaban, nos explicaron sus problemas y nos pidieron  tolerancia.

Y asi, Sra. Ignorancia, durante tres años, lucharon por ser mejores, por entender, por comprender, lucharon por crecer, por salir adelante, por cambiar sus vidas. Lucharon por derrotarla y lo lograron, y al mismo tiempo hirieron a su prima, la Sra Falta de Oportunidad, con la que Ud. siempre está tramando desgracias.

Y ahora se van. Esta tarde salen de nuestra escuela con una sola cosa que nadie más tiene. Allí afuera hay miles de personas con el mismo título, otros que también ganaron su pequeña guerra, hay miles haciendo trabajos mejores o ganando más. Pero, sabe qué señora? Ellos tienen sus vidas, y tienen el control y el poder de mejorarlas, abriendo el corazón, escuchando con paciencia, abrigando al desgraciado, regalando sonrisas y esperanza. Porque cada uno de ellos ahora se ha convertido en un portavoz de nuestra lucha docente y le repetirá a decenas de personas esa palabra salvadora: estudiá! Y sin darse cuenta  y con esa sola palabra habrán derrotado a su otra hermana, la Sra. Indiferencia.

Ya no quiero quitarle mas tiempo ni desperdiciar el mío. Ahora tengo que asistir a una reunión muy importante, a la que Ud. no está invitada, donde entregaremos diplomas de Orgullo y medallas de Luz.


Atentamente, Profesor Federico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario